Seguir una dieta equilibrada es fundamental para la salud, así se reitera desde la OMS, que, entre otros consejos, nos indica también el hacer ejercicio, y alejarnos de los malos hábitos como el consumo de alcohol y tabaco. Pero, sobre todo para mantenernos sanos, la Organización Mundial de la Salud, nos señala como clave fundamental, la alimentación equilibrada y el consumo de productos saludables. Hoy día encontramos diferentes terminologías para los distintos tipos de productos, por ello te contamos a continuación cómo se definen cada uno de ellos.
Diferencias entre los productos ecológicos, bío, orgánicos, y sostenibles
Los expertos recomiendan seguir dietas ricas y variadas en nutrientes y, sobre todo, que se basen en el consumo de frutas, verduras y alimentos de origen vegetal que nos aporten equilibrio entre calorías y gasto energético. También recomiendan que nos alejemos del consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y procesados. Pero, ¿cómo saber qué consumimos? Pues para conocer los distintos tipos de productos, te los definimos a continuación para que sepas sus diferencias:
Productos Bio
Se utiliza la abreviatura Bio para los alimentos biológicos, que son los producidos sin manipulación genética u otras técnicas de laboratorio. Por ejemplo, si hablamos de frutas y verduras, hablamos de frutas, verduras u hortalizas Bio cuando no se ha recurrido a mejorarlos de forma artificial para modificar su color o apariencia empleando colorantes, conservantes, ceras, etc.
La principal diferencia que existe con los productos ecológicos la encontramos en que, los Bio, no tienen en cuenta ese especial cuidado con el respeto por el medioambiente en sus procesos de producción. De este modo puedes encontrar en el mercado productos Bio que se han producido de manera industrial, o que vienen de la agricultura y ganadería intensivas, que causan un gran impacto ambiental.
Productos ecológicos
Son alimentos obtenidos mediante procesos de cultivo y producción naturales. Para obtener estos productos se han respetado los tiempos y ciclos vitales naturales de las especies. En ellos no se han utilizado ni fertilizantes ni abonos químicos o artificiales, tampoco pesticidas. Además, no se ha recurrido a la manipulación genética de las especies para aumentar su producción o para mejorarlas de forma artificial.
Estos alimentos, además de ser más sanos que los de producción industrial, están libres de aditivos alimentarios. La producción de estos alimentos es más respetuosa con el medioambiente porque son menos contaminantes. Consumen menos recursos naturales y menos energía. Los identificarás por el logotipo ecológico de la UE.
Productos orgánicos
Estos son los que se han producido sin tener que realizar un tratamiento químico. Por ejemplo, los alimentos de origen vegetal, son los alimentos cultivados sin usar pesticidas, herbicidas, fungicidas o fertilizantes artificiales.
Podemos encontrar productos que sean orgánicos, pero no son Bio, como ejemplo, el caso de vegetales cultivados que no se emplean químicos, pero se usan semillas transgénicas que han sido producidas mediante técnicas de ingeniería genética. También puedes encontrar productos catalogables como Bio y orgánicos, pero que no son considerados ecológicos.
Productos sostenibles
Respecto de estos alimentos, podemos aplicarles las denominaciones o características anteriores porque estamos haciendo referencia a la viabilidad de los procesos de producción desde dos puntos de vista distintos como son, el de la economía y el del medio ambiente. Así, los definimos como los obtenidos a través de procesos de producción que respetan tanto el medioambiente como el tejido económico de las zonas de producción locales. Se producen a través de modelos de agricultura y ganadería respetuosos y responsables con su entorno.
En el caso de los productos sostenibles, la prioridad es garantizar el bienestar económico y social de los productores locales.
No nos cansamos de recordarte que una dieta saludable y variada es fundamental para tu salud. En Fogones, dispones de menús que se adaptan a tus gustos y necesidades. Acudimos, para elaborarlos, a productos locales para así favorecer la economía local y cuidar del medio ambiente. Ahora que ya conoces los distintos tipos de productos, no tienes excusa para no elegir los alimentos más saludables y que tú también cuides, de algún modo, del entorno que te rodea.